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Invías defiende calidad y técnica en las obras del Cruce de la Cordillera Central entre Ibagué y Calarcá

A pesar del aumento del flujo vehicular por la apertura de las obras, el número de siniestros disminuyó en relación con el comportamiento que se tenía con la vía anterior.

Si bien la puesta en marcha de la doble calzada del Cruce de la Codillera Central significó un aumento del tránsito de vehículos en un 74%, entre noviembre de 2021 y lo que va de enero de este año, los niveles de siniestralidad vienen en descenso.

De acuerdo con los registros del Instituto Nacional de Vías, durante noviembre de 2020 y enero de 2021 se registró el paso de 268.430 vehículos, mientras que entre noviembre de 2021 y en los primeros días del 2022 han transitado 466.000 vehículos, de los cuales 250.000 corresponden a vehículos de carga pesada.

Frente a este panorama, la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) ha mantenido acciones pedagógicas, de sensibilización, asistencia técnica y fortalecimiento, en particular donde se han entregado nuevas obras viales, en temas relacionados con la seguridad vial mediante la ejecución de estrategias como La Seguridad Vial se toma tu región, la Ruta Nacional de Seguridad Vial, planes de movilidad escolar, intervenciones a motociclistas, ciclistas y seguridad vial laboral, entre otras.

El Invías, indicó que desde el pasado 22 de noviembre, fecha en la que entró en funcionamiento la mega obra, se han presentado 7 siniestros. Lo anterior refleja una reducción en los índices de accidentalidad del 95%. Además, en todos los casos ocurridos el origen ha estado relacionado con fallas mecánicas y exceso de velocidad por parte de los conductores. Diariamente la vía presentaba en promedio 20 siniestros viales los cuales generaban traumatismos y congestión ya que no se contaba con espacio suficiente para la atención de emergencias al tener una vía con un carril por sentido.

Cabe destacar que en la zona en donde se registró el lamentable siniestro del pasado 4 de enero no hay riesgos en materia de seguridad vial, como explicó el director de la ANSV, Luis Lota. “En este punto de movilidad que se transita en sentido Calarcá (Quindío) – Cajamarca (Tolima) la vía no tiene dificultades visuales o imperfecciones que signifiquen un riesgo para los conductores. Tampoco es una zona que se pueda convertir en un sector de alerta en términos de siniestralidad. Sin embargo, esto depende no solo el trabajo de las autoridades, sino también, del comportamiento de los conductores al no exceder los límites de velocidad, cruzar por doble línea y respetar las señales de tránsito”.

Concretamente, la velocidad máxima permitida en todo el proyecto del Cruce de la Cordillera es de 60 kilómetros por hora. De acuerdo con lo establecido en el Manual de Señalización Vial vigente, no se debe permitir el uso de resaltos en vías interurbanas, excepto en acceso para peajes, estaciones de peajes, a la llegada a puestos de control y sitios donde el estudio técnico de ingeniería lo recomienda por una situación especial.

Estos dispositivos reductores de velocidad son utilizados especialmente en vías urbanas, residenciales, zonas escolares o accesos a estos entornos donde se requiere proteger a los peatones, restringiendo la velocidad a 30 kilómetros por hora.

En ese sentido, Guillermo Toro Acuña, director técnico y de estructuración del INVIAS, destacó que la nueva calzada del proyecto tiene pendientes o grados de inclinación que en promedio están entre el 6% y el 8%, mientras que en la calzada antigua esta inclinación aumenta hasta el 11% o 12%. “La obra está construida con altas especificaciones técnicas y su estructuración, diseño y auditoria de seguridad vial determinó que con una velocidad máxima de 60 km/hr los vehículos transitan de manera segura por el corredor. A lo largo del proyecto hay 111 postes SOS a través de los cuales los usuarios se pueden comunicar con el CCO para reportar cualquier eventualidad y solicitar asistencia para el servicio de grúa, carro taller y ambulancia”, precisó.

Sobre el Cruce de la Cordillera Central

El proyecto Cruce de la Cordillera Central, que comunica a Cajamarca (Tolima) con Calarcá (Quindío), tiene 25 túneles, 31 viaductos y 3 intercambiadores viales que conforman 30 km de doble calzada.

El proyecto en su operación cuenta con un Centro de Control de Operaciones (CCO), subestaciones de energía y cuartos técnicos, estaciones de bombeo, estaciones de peaje, sensores medio ambientales, circuito cerrado de televisión (CCTV), señalización con línea de atención al usuario y siete sistemas como de Energía, Ventilación, Iluminación, Detección Automática de Incidentes (DAI), Detección y Extinción de Incendios, Control de Tráfico y Comunicaciones. Adicional, se cuenta con una emisora en la cual se brindan recomendaciones de seguridad y se alerta de forma oportuna sobre cualquier eventualidad a los usuarios.

En los tramos de vía a cielo abierto se tienen 40 dispositivos entre semáforos, paneles de mensajería variable, controladores de velocidad, iluminación en los portales de ingreso y salida de 24 túneles y 3.252 elementos de señalización vial, que permiten hacer un correcto control del tráfico. De igual forma, todos los viaductos están iluminados.

Adicionalmente, el corredor cuenta con servicio gratuito de atención al usuario de 4 ambulancias medicalizadas, 3 brigadas de bomberos, 4 grúas y 2 carro taller; todos los vehículos dotados con insumos y equipos de acuerdo con el Manual de Gestión Vial Integral, lo que brinda calidad y seguridad en la prestación del servicio.

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